Las lentejas son ricas en
ácido úrico y
purinas,
por lo tanto deberán comerlas con prudencia aquellas personas que estén
haciendo dieta para artritis, artrosis, arteriosclerosis y gota.
No debe ser un alimento restrictivo en dietas de adelgazamiento, ya que
poseen muy poca grasa y el poder calórico procede de su riqueza en hidratos de carbono, que proporcionan una gran saciedad.
Además al ser también las lentejas fuente de
potasio,
ayudan a eliminar agua del organismo, neutralizando la retención de
líquidos que podrían proporcionar otros alimentos más ricos en sodio.
Son ricas en
vitaminas del grupo B
(niacina o vitamina B3, tiamina, piridoxina y la tiboflavina), las más
adecuadas para el buen funcionamiento del sistema nervioso. Al ser buena
fuente de
folato (el organismo lo transforma en ácido fólico)
ayudan a evitar la aparición de síntomas de depresión y mal humor.
Puede ser un buen
afrodisíaco, ya que las lentejas son ricas en
cinc y este mineral es muy importante para el control hormonal que influye en el deseo sexual y en la producción de esperma.
Es buena fuente de
hierro
por ello es bueno para prevenir la aparición de anemia, para las
mujeres con tendencia a sufrir reglas muy abundantes y personas que
padecen habitualmente hemorragias nasales. Incluso ayudaría a prevenir
las infecciones vaginales, ya que se ha comprobado que las mujeres con
bajos niveles de hierro son más propensas a sufrirlas.
Las lentejas ayudan ante las
enfermedades cardiacas ya que
disminuyen los niveles de colesterol y grasas debido a su contenido en fibra, fitatos y al ser muy pobres en lípidos o grasa.