No obstante no debemos olvidar que las nueces, como los restantes frutos secos tienen muchas calorías, por lo que no debemos abusar de ellas en caso de obesidad. Lo mejor es que sirvan de alimento de sustitución de otras fuentes no tan saludables (como la manteca, la mantequilla y otras grasas animales). Las nueces tienen vitamina E y antioxidantes, por lo que ayudan a frenar la influencia de los radicales libres. También poseen una pequeña cantidad de vitamina C. La presencia de zinc, vitamina B y polifenoles, ayudan a mantener en buen estado la piel previniendo la aparición de eccemas. La presencia de zinc junto con Omegas 3 y Omegas 6 ayudan a preservar la buena salud del cabello, evitando la seborrea. La presencia además de cobre ayuda a prevenir la calvicie.
La presencia de calcio ayuda a prevenir la osteoporosis, sobre todo a mujeres que están en la postmenopausia. Por su bajo contenido en hidratos de carbono resultan indicadas para los diabéticos ya que ayudan a estabilizar los niveles de glucosa en sangre.
Por su contenido en Lecitina y vitamina E, son muy interesantes para la alimentación de niños y jóvenes, ya que son una buena manera de alimentar al cerebro y que los estudiantes tengan buenos resultados en los estudios.
Es mejor comprar las nueces enteras, sin quitar la cáscara. No deben someterse a calor de cocción, ya que se vuelven tóxicas. No deben comerse verdes porque contienen cianuro. Si están muy pasadas pueden resultar cancerosas. Por todo esto, compra nueces de buena calidad y disfruta de sus muchos beneficios.
